El vestir

El vestir

Bajo el principio freudiano << donde hay tabú hay un deseo>> se confirma que las prendas de vestir, entendiéndose desde la ropa hasta los accesorios y calzado que las acompañan, crean una exaltación de la belleza física sin tener que mostrar nuestro cuerpo. Haciendo así que el vestir aumente excitabilidad sexual. Se sabe que algunas etnias africanas consideran que el permitir el uso de cualquier prenda de vestir hacían a los humanos  mayormente atrayentes para otras las otras personas de pueblos vecinos. Es  un ejemplo de cómo diferentes civilizaciones han considerado la vestimenta como una forma  de incitación a la sexualidad. En la actualidad, esto ha cambiado, la ropa así como la joyería proponen una forma de elevar los atributos físicos, es cierto, pero ha evolucionado a que deje de importar que es lo que ven los demás de nosotros a través de la vestimenta. Ahora lo importante es  lo que nosotros decidimos qué es lo que queremos expresar. El ser humano ha transformado la vestimenta en algo que resguarda la estética natural del cuerpo humano y lo cargamos de  simbolismos de forma consciente (muchas veces inconsciente), dando un peso psicológico de la forma en cómo nos sentimos y de nuestra seguridad sexual.

Los diseñadores de moda han entendido a la perfección esta relación del cuerpo y lo que queremos expresar de él. Jugar con el tabú y transformar la sexualidad en sensualidad que nos proporcione confianza. Personalmente, uno de mis diseñadores favoritos, que recrea a la perfección este juego, es Tom Ford. Él pone en su totalidad el  misterio de la sexualidad y el deseo como foco principal de sus colecciones.  Diseña  prendas y accesorios cargados de sensualidad que a su vez no tienen un manifiesto claro de pertenecer a una colección cien por ciento femenina o cien por ciento masculina. Es más bien lo que tú  decidas que sea tu forma de exaltarlo. Tom Ford, el gran genio de la vestimenta.

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